Juventud

12.Ago.2013 / 11:12 am / Haga un comentario

Chávez con los jóvenesCuando miramos atrás, cuando recordamos a la Venezuela de las injusticias y las desigualdades, cuando miramos de lejos aquel país hundido en el pantano de la miseria, ese que por más de 100 años estuvo dirigido por un gobierno burgués que le entrego el alma a los intereses transnacionales, sumergiéndonos en una crisis de pobreza extrema y de miseria indescriptible, podemos comprender la magnitud y la importancia que tuvo la llegada de la Revolución Bolivariana y del liderazgo del Comandante Presidente Eterno, Hugo Chávez.

El pantano en el que hundían a Venezuela afectaba cada vez más al pueblo, cada vez más a los niños, cada vez más a los jóvenes. En la década de los noventa la juventud venezolana fue sometida al abandono, al olvido y hasta a la persecución por parte de aquellos a los que nos les convenía un despertar, un brote de conciencia real. Se desmontó el Estado y comenzaron las carreras por la privatización, las expulsiones de los estudiantes y la deserción escolar abrieron paso a la proliferación de los llamados liceos “parasistemas”, huelgas de profesores mantenían cerradas las instituciones educativas por todo el país. El agua, privilegio de unos pocos, tampoco llegaba a las escuelas o liceos así que la “media jornada” de actividad pedagógica se convirtió en la regla para nuestros estudiantes, para nuestra juventud. Se debilitaron los ejes esenciales de la educación, las ciencias duras, el deporte, la cultura. El modelo educativo se desmoronó por completo con un objetivo firme, privatizar todo el sistema.

La política neoliberal que reinó en el país imposibilitaba incluso la alimentación de las familias, las que en muchos casos se veían obligadas a comer perrarina. La delincuencia se volvió la consecuencia natural de este modelo, las muertes violentas en las puertas de los liceos se convirtieron trágicamente en cotidianas, por un par de zapatos deportivos morían a diario nuestros adolescentes. La puesta en marcha de la conocida Ley de Vagos y Maleantes que perseguía a la juventud violando sus derechos, el deterioro del sistema de salud público, la población flotante producto de las mafias que le negaron el acceso a la educación universitaria a nuestros estudiantes y que tanto daño causó a la moral, a las esperanzas del joven y de la familia venezolana son solo ejemplos de lo que sucedía en nuestro país antes de la llegada de la revolución.

A partir de 1989 comenzó el país a sacudirse del letargo, pero costó la vida de muchos, rebeliones populares y militares que marcaron el inicio de la nueva Venezuela. La rebelde y heroica acción militar del Comandante Presidente Chávez aquel febrero de 1992 no solo lo convirtió en el gigante de nuestra historia reciente sino que permitió iniciar el camino hacia la recuperación del Estado, hacia la recuperación de la moral y la Patria con la que hoy contamos los jóvenes.

El cambio respecto a las políticas implementadas hacia la juventud ha sido inmenso en 13 años de revolución. Durante el primer ciclo de gobierno revolucionario la juventud venezolana ha tenido más oportunidades que en ningún otro periodo, ya no la persiguen con la recluta obligatoria, no tiene que mendigar un cupo universitario, Venezuela es un país con 2.5 millones de estudiantes universitarios; no se cobra matrícula en las escuelas y liceos, por el contrario se le entrega una computadora Canaima a cada estudiante y libros gratuitos para que desarrolle todas sus capacidades y se encuentre con la verdadera historia de su país. Existen las condiciones para practicar deporte, para la expresión libre, es decir, la juventud cuenta con el apoyo de todo un equipo de Gobierno comprometido y honesto, así que el cambio ha sido radical e indiscutible.

Estas políticas dieron paso a la Generación Bicentenaria, esa que se ha venido configurando como la mejor de la historia de Venezuela y que ha sido no solo bautizada sino forjada por un gigante que transformó el destino de nuestro país y dignificó la vida del pueblo, el Arañero de Sabaneta, el deportista, el pintor, el Cadete, el Comandante Presidente, el eterno joven Hugo Chávez. Gracias a su capacidad creadora y su visión estratégica la juventud venezolana derribó el estigma de la derecha que la encasillo en temas exclusivamente banales, que la concebía como inexperta, inmadura, problemática, y pasó a contar con el respaldo de una revolución que se las juega todas por brindarle las condiciones necesarias para su desarrollo, un Gobierno que prioriza lo social, que escucha y atiende las necesidades de su pueblo y que construye país bajo principios de igualdad y justicia. El Presidente Chávez transformó la concepción limitada a la que se sometía a la juventud y abrió las puertas a este sector que estuvo por largo tiempo invisibilizado por la derecha neoliberal.

Hoy la juventud cuenta no solo con un futuro esperanzador sino que vive un presente digno, creador, inspirador. Estamos viviendo, en América Latina y el Caribe, lo que se conoce como bono demográfico, es decir, la población económicamente activa es mayoría sobre la población infantil y sobre las personas de la tercera edad, este bono coincide con la voluntad política de la mayoría de nuestros Estados de ofrecer mejores condiciones y abrir canales para garantizar la participación, así como para atender con mayor rigor y poner un foco especial en los asuntos relacionados a la juventud.

Esta condición representa un reto importante para el país, lo que hemos logrado hasta ahora es la distribución de la renta petrolera y hemos dado unos cuantos pasos relevantes para saltar hacia una economía productiva. El gran reto ahora es seguir construyendo la Venezuela productiva y es allí donde la juventud puede hacer grandes aportes, puede generar soluciones a nuestros problemas más sentidos, su potencial es clave para el desarrollo económico y social de toda América Latina.

El Estado debe garantizar las condiciones necesarias para que cada joven sea todo lo maravilloso y maravillosa que pueda ser, y ahora mismo está ocurriendo, estamos viviendo un momento crucial para nuestros pueblos, para nuestros destinos, la libertad de ser es parte del legado que nos ha dejado el Comandante Chávez, el Padre de esta generación histórica y victoriosa, estamos obligados a sumarnos, como lo hizo él, a las causas justas, a llegar al alma de los más necesitados, a asumirnos corresponsables en el proceso de cambio que hoy es una realidad en nuestras tierras. Solo si la juventud se mantiene en la vanguardia revolucionaria, batallando con su energía, con su sonrisa, su inocencia y su espíritu rebelde, podremos avanzar en los próximos años hacia la Venezuela potencia.

Invito a la juventud a que se sume al amor, a la humanidad, la llamo a no olvidar nunca de dónde venimos y cómo estaba Venezuela hace poco más de una década, a no dejarse engañar, a ser crítica y rebelde ante las injusticias, ante la burocracia y la ineficiencia, a transformar, a crear, a inventar, a soñar libremente y a enorgullecer a la Patria.

Caminemos juntos por el camino que Hugo Chávez dejó para nosotros y honremos su nombre.
 
¡Feliz día juventud! aunque desde hace ya trece años todos los días son nuestros días
 
 
HÉCTOR RODRÍGUEZ CASTRO
http://hectorrodriguezcastro.blogspot.com/2013/08/a-la-mejor-generacion-de-la-historia.html
 

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